Las pruebas estandarizadas han sido utilizadas durante mucho tiempo para identificar a estudiantes con altas capacidades, pero confiar únicamente en los puntajes de estas pruebas a menudo no refleja la imagen completa. La alta capacitación es compleja, diversa y está moldeada por el contexto, las oportunidades y el desarrollo personal. Muchos estudiantes con alto potencial pueden tener un rendimiento inferior en las evaluaciones tradicionales debido a la ansiedad, el sesgo cultural o porque sus fortalezas radican fuera de lo que estas pruebas miden.
La alta capacitación puede manifestarse de muchas maneras, no todas académicas. Algunos estudiantes muestran un talento creativo o productivo, caracterizado por la originalidad, la curiosidad, el liderazgo, las habilidades artísticas o el deseo de explorar problemas del mundo real. Estas cualidades a menudo emergen a través del comportamiento, los intereses y el desempeño auténtico, en lugar de a través de un número en una prueba.
La investigación educativa moderna destaca que la inteligencia y la creatividad no son lo mismo, y su relación se debilita en niveles más altos de habilidad. De hecho, la creatividad se vuelve cada vez más independiente del coeficiente intelectual más allá de cierto umbral. Rasgos como la flexibilidad, la fluidez de ideas, la originalidad y la capacidad de redefinir problemas son características distintivas de la alta capacidad creativa, rasgos a menudo pasados por alto por las pruebas de inteligencia tradicionales.
Para reconocer verdaderamente la capacidad potencial, se necesita un enfoque más amplio e inclusivo. Los métodos de observación, los portafolios creativos, las evaluaciones dinámicas y las evaluaciones de los maestros son herramientas esenciales. La evaluación dinámica, en particular, ayuda a medir cómo aprende un estudiante cuando se le brinda apoyo, en lugar de lo que ya sabe, lo que la hace especialmente útil para identificar el talento en poblaciones diversas o desfavorecidas.
También es importante considerar el contexto. Los factores sociales, emocionales y culturales pueden afectar si las habilidades de un niño altas capacidades son reconocidas o nutridas. De hecho, los estudiantes de áreas rurales o de bajos ingresos a menudo son subidentificados, no por falta de talento, sino debido a menos oportunidades y sesgos sistémicos.
Una pregunta fundamental que los educadores deberían hacerse es: «¿Superdotado para qué?». Los métodos de identificación deben alinearse con el tipo de programa o enriquecimiento que se ofrece, ya sea en ciencia, artes, liderazgo o resolución de problemas. Esto asegura que los criterios de selección sean significativos y apoyen el camino potencial de cada estudiante.
Además, la superdotación no debe verse como algo estático o innato. Puede surgir con el tiempo, y el entorno adecuado juega un papel crucial en su desarrollo. Es por eso que los sistemas educativos se están moviendo hacia procesos de identificación más flexibles, a veces permitiendo que los estudiantes entren y salgan de programas de enriquecimiento dependiendo de sus intereses y crecimiento.
Finalmente, cualidades como la motivación, la creatividad, las habilidades sociales y el contexto son tan importantes como el rendimiento cognitivo. Los estudiantes superdotados pueden necesitar apoyo emocional, instrucción diferenciada y oportunidades para explorar ideas desafiantes, no solo aceleración o más contenido.
Al ir más allá de las pruebas estandarizadas y adoptar una perspectiva más humana, dinámica y consciente del contexto, podemos descubrir mejor los talentos ocultos, nutrir diversas formas de brillantez y crear oportunidades más equitativas y significativas para los estudiantes superdotados.