Las niñas superdotadas a menudo enfrentan desafíos únicos en comparación con los niños, lo que puede afectar su desarrollo y reconocimiento. Pueden sobresalir en áreas que no están tradicionalmente asociadas con logros altos, como el liderazgo, la socialización o la empatía, en lugar de destacar en asignaturas como matemáticas o ciencias. Muchas niñas se preocupan más por cuestiones sociales, como ayudar a los demás o promover la paz, en lugar de sobresalir en entornos competitivos. Históricamente, las mujeres superdotadas han sido a menudo ignoradas o no alentadas a desarrollar su pleno potencial. Muchas mujeres talentosas en el pasado sintieron que no podían alcanzar su verdadero potencial porque se les orientaba hacia roles que la sociedad consideraba adecuados para las mujeres, como la enseñanza o el trabajo social, en lugar de roles de liderazgo en otros campos.
Las niñas superdotadas están a menudo en riesgo de no ser identificadas para programas de enriquecimiento, particularmente aquellas de grupos subrepresentados. Su autoconfianza puede disminuir a lo largo de su educación, y pueden restar importancia a sus habilidades o creer que su éxito se debe simplemente a la suerte. En comparación con los niños, las niñas superdotadas pueden estar menos seguras sobre sus trayectorias profesionales y más inclinadas a considerar el equilibrio entre la carrera y la familia. Las relaciones son cruciales para su desarrollo, pero estas mismas relaciones también pueden ponerlas en riesgo de no desarrollar completamente su potencial. Además, son más vulnerables a problemas emocionales como la depresión, especialmente si no se les apoya en sus capacidades.
Las principales barreras para el éxito de las niñas dotadas incluyen el miedo al éxito, la falta de asertividad, bajas expectativas académicas y profesionales, no atribuir el éxito a sus propias habilidades y un frágil sentido de autoeficacia. Las características que ayudan a las mujeres dotadas a tener éxito incluyen pasar tiempo solas, sentirse diferentes, asumir responsabilidades y negarse a aceptar las limitaciones tradicionales de género.
Para que estas niñas prosperen, es esencial que los adultos comprendan sus necesidades cognitivas y emocionales. La identificación temprana de sus habilidades es crucial, al igual que asegurar que tengan oportunidades para interactuar con otros compañeros superdotados y recibir orientación de profesores que entiendan sus necesidades. El mentoreo y las relaciones de apoyo también son importantes; las niñas se benefician al ver modelos a seguir exitosos y al recibir apoyo emocional de educadores y mentores. Los programas deben incluir exploración profesional y formación en liderazgo, brindando a las niñas la oportunidad de observar a profesionales y explorar sus intereses en profundidad.